- Debería irme a casa. Desde las 9 de la noche que mis padres no saben nada de mí y no tengo como avisarles donde estoy asi que mejor voy
- Si...
- Gracias por todo, en serio, me podría haber pasado cualquier cosa, pero... de alguna forma vos lo evitaste, en serio, no se que hacer para pagartelo
- De nada... muy simple, te espero en el parque sarmiento esta tarde, te va una cerveza?
- Si... dale, te veo ahi, gracias
Salí de esa casa con el estómago estrujado. ¿Que me estaba pasando? De un día para otro conocí a una persona (no en las mejores circunstancias) pero... wow, lo que son las vueltas de la vida y algunas veces ni nos damos cuenta. Horas atrás me encontraba siendo el ser más egoísta del universo, pensando en mi, priorizandome a mí misma... todo por mí. Y ahora eso iba a cambiar... de a poco iba cambiar.
Relato corto. Memorias de una rebelde sin causa