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1.

- Debería irme a casa. Desde las 9 de la noche que mis padres no saben nada de mí y no tengo como avisarles donde estoy asi que mejor voy
- Si...
- Gracias por todo, en serio, me podría haber pasado cualquier cosa, pero... de alguna forma vos lo evitaste, en serio, no se que hacer para pagartelo
- De nada... muy simple, te espero en el parque sarmiento esta tarde, te va una cerveza?
- Si... dale, te veo ahi, gracias

Salí de esa casa con el estómago estrujado. ¿Que me estaba pasando? De un día para otro conocí a una persona (no en las mejores circunstancias) pero... wow, lo que son las vueltas de la  vida y algunas veces ni nos damos cuenta. Horas atrás me encontraba siendo el ser más egoísta del universo, pensando en mi, priorizandome a mí misma... todo por mí. Y ahora eso iba a cambiar... de a poco iba cambiar.


                                                                                       Relato corto. Memorias de una rebelde sin causa

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2.

- Vayase a la mierda
Me miró a través de sus anteojos cuadrados. Arrugó la nariz, frunció el ceño, y preguntó
- ¿Que fue lo que dijo?
- ¿ Acaso no escucha bien? V Á Y A S E A LA M I E R D A, por gente como usted que se cree capaz de definir lo que una persona es o deja de ser, por trabajos prácticos,  putos trabajos prácticos y toda esa mierda ¿cree que puede definir quien soy?.. yo le digo VAYASE A LA MIERDA, si soy responsable o no, si debo reprobar todo o no, es asunto mío, nadie le pidió que me describa como irresponsable, holgazana o todo eso... NO ME CONOCE, Y NUNCA LO HARÁ SI?
- Señorita la verdad el escucharla solo me hace sentir, sentir...
- Repudio? bueno, al menos coincidimos en algo, yo siento lo mismo respecto a usted
- ¡No puedo tolerar más este comportamiento! Haré que la castiguen, aunque se merecería una expulsión pero se que en casos asi no se ha tomado esa medida. Vaya ahora mismo a regencia, y pida que le den ordenes de amonestaciones, una sola falta más y será expulsada de la institución...
- Ahá, como diga

En el curso me miraban boquiabiertos y con la patética cara de buenos alumnos que tenían, cuando en realidad seguro opinaban igual que yo, pero no tenían los órganos sexuales bien puestos para poder hacerlo.
¿Y por qué yo si lo hice? Solo sentía bronca, y necesitaba expulsarla, no me importaban las consecuencias. Si, como leyeron, yo hacía las cosas sin medir las consencuencias... ¿y saben que? Me importaba una mierda.


Relato corto. Memorias de una rebelde sin causa.
Por Julie

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3.

- Estas segura?
- Si
- No hay vuelta atrás eh?
- Si
- Segura?
- SI!
Mi curiosidad por probar algo nuevo era aún mas fuerte que yo. La observé preparar el "spliff" (porro en inglés) como generalmente soliamos llamarlo para no delatarnos y para no resultar tan obvias. Tomó el papel y lo dobló con suma naturalidad. Abrió la bolsita hermética que contenía la hierba. Probablemente contenía unos 30 gramos. No supe hasta luego de probar el producto que su primo tenía su propia planta en su jardín y el era quien le suministraba la hierba, pero no gratis por supuesto. En este mundo todo tenia su precio, hasta las cosas que eran perjudiciales para uno mismo, hasta las cosas que solo te hacían mal, que no tenían ningun beneficio, que podían conducirte hasta la muerte, hasta esas cosas tenían precio!

Colocó una pequeña cantidad de hierba y plegó el papel, armando así el bendito "spliff". Repitió la pregunta y yo solo dije si automaticamente. Quería probarlo. Me creía valiente. Marihuana, una planta muy usada para las medicinas, ¿Por qué me haría mal probar una sola vez?
Tomé el porro, con una mano y el encendedor con la otra. Lo encendí como lo acostumbraba hacer con los cigarrillos comunes. Inhalé el humo y luego exhale. El olor transminaba la habitación pero Carla estaba acostumbrada a fumar allí, ya que casi siempre estaba sola.
Luego del primer spliff, solo me sentía fatigada, cansada, luego del segundo comenzé a reirme sola, experimenté una sensación de falta de racionalidad. Las cosas que decía y hacía no tenian coherencia alguna. Comenzé a tirar libros y hojas de carpeta, pero por suerte Carla me controló. Luego sentí mucha hambre, mucha ansiedad y entonces Carla buscó un poco de bizcochuelo de chocolate. Lo devoré al instante. Es necesario destacar que horas despues cuando me di cuenta de que me habia comido casi medio kilo de bizcochuelo dije que no probaría uno nunca más, ya que esa ansiedad, resultado del efecto de la marihuana me haría engordar, nunca más... nunca más... bueno, quizás solo un par de veces más.



Relato corto. Memorias de una rebelde sin causa.
Por Julie

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4.

Viernes en la noche. Estaba tirada en un puff. Las luces de neón daban vueltas en mi cabeza. La música electronica retumbaba en mis oídos. La cabeza me iba a explotar. Todo era producto del ginebra puro que llevaba en la cartera y habia estado tomando. Solo recuerdo eso, una voz que no reconocí: ¿Estas bien? y sus ojos celestes, fueron todo lo que ví.

Desperté en un lugar desconocido. Lo primero que vi fue un chico que nunca habia visto en mi vida durmiendo a mi lado. No entendia que ocurría. Al menos vi que tenia mi ropa puesta. Nada malo habia ocurrido. Solo que en el momento de desesperación solo atiné a despertarlo desesperadamente.

-¿Donde estoy? ¿Que paso? ¿Que hago acá?
- Pará, pará, tranquila, seguramente no te acordas nada, anoche estabas practicamente tirada en el pub y te quise llevar a tu casa pero no sabia quienes eran tus amigos (aunque dejarte asi tirada es de pocos amigos) y tu celular no tenia bateria, no sabia donde vivias y quizas seria peor que tus padres te vieran asi, así que te traje acá, estuviste dormida todo el tiempo, ¿que te paso?
- Nada, em... sali con una amiga y se fue con alguien y me quede en un puff, es todo lo que me acuerdo
- Ahi te vi y por eso te traje, cualquier depravado se podria haber aprovechado de esa situacion si seguias tirada ahi
No respondí nada. Solo lo observaba porque me resultaba conocido. Ese pelo castaño oscuro y esos ojos azules los habia visto en algun lado.
- Bueno... gracias... por todo. Yo creo que te conozco de algun lado o te he visto
- Quizas nos hemos visto, soy de salir... y veo que vos tambien. La próxima a cuidarnos un poquito más. En fin, queres desayunar? creo que un te y unas tostadas te vendrian bien

Bajamos las escaleras. Me explico que su hermana mayor era quien estaba durmiendo en el sillón. Fuimos a la cocina y desayunamos. El sol entraba por la ventana e iluminaba esa sonrisa que tenía. Aunque queria disimular no podia no mirarlo. Había algo en el que me atrapaba, algo que me llamaba la atención. Ese dia solo lo escuchaba hablar de su vida y pensaba que la varita de la suerte me había tocado al permitirme conocerlo. Tiempo después no estaba tan segura de eso.
- Disculpa... no sé tu nombre...
- Facundo (sonrió) ¿Y vos?
- Zoe


Relato corto. Memorias de una rebelde sin causa
Por Julie

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5.

De mi adolescencia tengo buenos y malos recuerdos. Y mi idea es relatarlos de la forma más real y sincera. Expresar los sentimientos y sensaciones tal cuales las sentía, sin dejar nada librado al azar.

Domingo al mediodía. Había tenido una de mis tantas "noches locas" de sabado. Luego de eso nos habiamos ido a dormir a lo de un amigo que tenía la casa sola, pero sus padres llegaron temprano en la mañana y tuvimos que irnos. Recuerdo todavía el olor a nafta de la estación de servicio en la que acabamos durmiendo. Estaba despeinada, con el maquillaje corrido y mis medias pantys se habian roto. Poco me importaba, la diversión estaba primera en mis prioridades. Cerca de las 12 del mediodia volvi a casa.
- Zoe, ¿Que te paso?
- Nada... vine de la casa de Male (mentí)
- ¿Por qué estas tan, tan... destruida?
- Mamá.... ¿nunca saliste? todos terminamos destruidos al otro día
- Sí, todos los que pasan una noche de desenfreno (dijo por lo bajo)
- ¡Dios! Por que te interesa tanto lo que hago o dejo de hacer?! Vos quedaste embarazada de mi a los 17 y no creo que por el espíritu santo

Me miró como si hubiese clavado un puñal en su punto más debil. Ella siempre había estado para mí. A pesar de su corta edad, abandonó sus estudios para criarme y papá los continuo para poder tener un buen puesto de contador y traer el dinero a casa. Pero yo en ese momento solo podía sacar algo de esa situación... ¡era estúpido que ella me quisiese cuidar cuando seguramente ella tambien anduvo revolcandose por ahi a mi edad!
- Andá a tu cuarto. Y no quiero que se hable más del tema.Ojala algun día valores lo que hacemos por vos, disculpa si no te fue suficiente.
La obedeci sin quejarme, no me importaba lo que dijese. Sus palabras no me llegaban. Yo era como una roca, todo lo que decían me rebotaba y mi familia eran solo entes que convivían conmigo bajo el mismo techo.



Relato corto. Memorias de una rebelde sin causa.
Por Julie

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6.


¿Como hacer cuando se siente una ausencia de alegría, de acción, de sentimiento en mi vida? Me pregunté ese día. Sentí que a pesar de todas las cosas relativamente buenas que tenía necesitaba un cambio en mi vida. Parecía tan rutinaria que sentí la necesidad de liberar todo lo que sentía, ser un ser liberal, de rodearme quizás con otro círculo de gente, de hacer mi vida más interesante.

Actualmente me pregunto, ¿Qué era en ese momento lo interesante para mí? Realmente lo desconozco. Muchos me creian una persona rebelde, quizás porque tenía una personalidad muy particular y un carácter fuerte, pero la verdad es que no lo era para nada. Siempre había hecho las cosas bien con respecto a mis padres y era muy buena hermana. No creo haber perdido mis valores cuando realicé este cambio, pero si hice cosas estúpidas, cosas que afortunadamente no duraron demasiado… de lo contrario me daria vergüenza comentarlo.
Puedo decir que fueron errores de los que pude aprender y que no dejaron graves consecuencias. En esta etapa de mi vida ocurrieron las peores y las mejores cosas de mi vida. Asumí riesgos y compromisos. Lloré y fui feliz. Desprestigie muchas cosas y luego las valoré. Pero ese día, aquella tarde de mayo decidí que no diría más: Necesito un cambio, sino que ese cambio lo haría yo. A partir de ahora todos tendrán verdaderos fundamentos para llamarme rebelde. Una rebelde sin causa.


Relato corto. Memorias de una rebelde sin causa.
Por Julie

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7.

Lo siguiente es un acto que refleja el egoísmo en su máxima expresión. Cada vez que lo recuerdo se me hace un nudo en la garganta. Quizás parezca tonto, pero es duro recordarlo, sin embargo, recuerdo cada detalle de lo sucedido.

Eran las cuatro de la tarde. Entró al living. Caminó sigilosamente con sus pantuflas de conejito. Llevaba el pelo atado con dos trencitas.Se restregó los ojos.  Bostezó. Me miró asombrada, un tanto incómoda. Me preguntó:
- ¿Que haces con eso? (señalando el cigarrillo que sostenía en mi mano derecha)
- Em... fumándolo? que nena tan boba, tenés 8 años, no preguntes cosas obvias
(Me miró con cierta angustia y su voz se entrecortaba)
- Mamá dice que es muy malo... ella dice que esas cosas mataron al abuelo
- El cancer mató al abuelo, no un mísero cigarrillo de vez en cuando
(Inhalé el humo hasta que llegó a mis pulmones. A los segundos lo exhalé, como si fuese lo más natural que he hecho en mi vida. Ella me seguía mirando)
- ¿Donde está mamá y papá?
- Papá tenía una exposición, mamá lo acompañó.  Vienen pasado mañana.
- ¿Pasado mañana?
- Sí, dos días solas ¿Genial no? cualquiera en tu lugar estaría saltando de alegría (Ella se mantenía seria y no reflejaba alegría alguna) pero bueno, me había olvidado que eras bastante rarita...
- Pasado Mañana... ¡¿Por qué no me avisaste que se iban?! ¡Me quería despedir de ellos! (gritó)
- Eso te pasa por quedarte hasta tarde viendo DVD's de los pequeños pony
(Pude percibir en sus ojos el llanto a punto de estallar. Una lágrima corrió por su mejilla. Se relajó, respiró hondo, me miró y fríamente me dijo)
- Sos la peor hermana
- Sí, como digas (dije ignorando totalmente su comentario) ah... y esta noche más vale que te duermas temprano, Marcos no es muy paciente
- ¿Marcos?
- Sí, un amigo, el te va a cuidar.
- ¿Y por qué no vos?
- Por qué tengo que ir a rezar a la iglesia... DIOS! ¿no es obvio? ¡voy a salir! ¡ay, que niña mas estúpida!

Se alejó caminando lentamente. Subió las escaleras con su osito de peluche en la mano. Con los ojos llorosos e hinchados ¿Y yo? Permanecí sentada en el sillón. El cigarrillo se había consumido, y solo quedaba el filtro. ¡Mierda! El paquete de Marlboro estaba vacío.


Relato corto. Memorias de una rebelde sin causa.
Por Julie

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8.

Miró su plato. No podía creer como esas papas fritas podían seguir ahí, permanecer intactas. Meses atrás quizas las hubiese hecho desaparecer en un minuto, ya que amaba la comida chatarra. Pero este cambio no fue repentino. Fue de a poco. Suprimiendo cada vez más alimentos hasta llegar a ayunos totales de dos dias enteros, sin comer nada más que una manzana. Esa fortaleza interior que sentía nadie se la podía sacar, ella era capaz de lo que muchos no eran capaces. ¡Cuantas calorías consumen aquellos que luego se convierte en grasa que acumulan sobre sus costillas! y ella no las necesitaba.

Observó a su alrededor. Todos comiendo alfajores, galletas, sandwiches, postres, riendo y masticando ¡como si fuera el mejor placer de sus vidas! No podía entender como toda su vida había sido una de esas personas... pero ella ya no era como todos los demás.

Se encontraba sentada en un rincón. Estaba sola, viendo como los demás se aseguraban de saciar esa hambre, y también de consumir muchas calorías, sumidos en la ignorancia de que no les iba a afectar en nada. Se dibujó en su rostro una sonrisa irónica y un tanto malévola. Dejó su plato intacto, con la comida distribuida hacia un costado, para simular que había ingerido al menos un poco. Tomó su manzana. La miró y se dijo a sí misma que la guardaría para cuando su estómago rugiese tan fuerte que no pudiese dormir esa noche.

Y asi siguió durante un tiempo más. Siguió convencida de que así sería feliz. Pero la verdad es que jamás se sintió mejor y peor en su vida. Mejor porque se veia exactamente como quería... peor porque cada vez estaba perdiendo más cosas además de peso.

                                                                                                          
Fragmento. Memorias de una rebelde sin causa.
Por Julie

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9.

Lo recuerdo como si fuera ayer. Así fue como me desperté esa mañana. Con un dolor de cabeza que me superaba. Las piernas me dolían y me pesaban. El estómago me pedía agua y nada más que eso. Otra vez había caído en lo mismo. Esa era la única forma que encontraba para evitar el llorar tanto despues de un mal rato, despues de un mal momento, después de oír que me habías sido infiel y que querías que esto se terminara "por el bien de ambos".

Es verdad, una verdad lastima, pero la mentira mata y durante un buen tiempo me estubiste matando con tu mentira. Aunque yo no lo sabía, porque confiaba en vos, y a pesar de que todos me insinuaban que jugabas conmigo, siempre fuiste mi debilidad. Fuiste la única persona a la que quise, y la primera. Nadie había logrado lo que vos habías logrado en mí. Quizás por eso nunca aposté al amor. Siempre tuve la acorazonada de que no me iría bien en ese aspecto, siempre tuve miedo a arriesgar, pero por vos yo lo hice. Arriesgue muchas cosas y no querrás ni imaginarte como me sentí cuando disfrazandote de "la honestidad ante todo" me declarabas que me habias engañado, que todo este tiempo me habias mentido, que yo no era la única como vos solías decir que era, nada... todo eso nunca pasó, jamás existió, nunca sucedió.

 No pude hacer más nada que decirte: Andate, no quiero ni verte, me das PENA, y te diste vuelta, dijiste perdón, casi automaticamente pero lo supiste fingir muy bien. Cruzaste la calle y te fuiste. Y yo estaba ahí, por fin soltando las lágrimas que no me atrevía a soltar delante tuyo, porque no te las merecías. Solo recuerdo que volví a casa. Me encerré en mi cuarto y tomé esa botella. Esa botella que me había acompañado despues de cada pelea estúpida que teníamos, pero que creí que valía la pena, porque una vez escuché que las personas que de verdad se quieren, por más peleas que tengan, las saben superar.
Bebí un trago, luego dos, luego tres y cuatro, y asi hasta acabar con esa botella de bebida blanca, tan clara como las cosas estaban en ese momento: vos no me amabas y nunca lo hiciste. Solo recuerdo ese calor que sentía en la garganta. Poco a poco aliviando el dolor, aunque solo lo haría momentaneamente. Y así fui a la terraza, observé el atardecer. Me dije que ya no lo veríamos juntos nunca más. El resto no lo logro recordar.

Relato corto. Memorias de una rebede sin causa
Por  Julie

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10.

El diario de Ana Frank

Se encuentra entre mi lista de libros favoritos. Además de estar ubicado en el marco narrativo de la Segunda Guerra Mundial, que es un tema que me interesa muchísimo, no es una historia ficcional si no más bien una historia real. Si bien muchos pueden considerarlo en parte aburrido ya que la mayoría de la acción transcurre en el escondite que Ana y su Familia tienen en la empresa de su padre en Amsterdam. El motivo por el cual ellos estan escondidos ahi (aproximadamente 2 años) es una razón estúpida: ser judíos. Pero en el contexto espacial y temporal en el que se encontraban era la Segunda Guerra Mundial y se encontraban bajo la amenaza de Adolf Hitler que impuso una política represiva para con los judíos, no solo de Alemania sino también de Polonia, Francia, Italia, entre otros, privandolos de muchos derechos y por último deportándolos a campos de concentración donde pocos sobrevivian, la mayoría se ganaba un pase gratis a la muerte.
Durante su estadía en el escondite secreto, Ana escribe en su diario todas sus vivencias. Como aprende a tolerar a otras personas, como mejora su relación con su hermana, a comprender a sus padres y a aferrarse mucho a Pim (como ella solía llamar a su padre) y hasta se enamora de Peter (el hijo de la otra familia que se escondia junto a ellos).

Lo considero un muy buen libro, ya que Ana era una muy buena escritora y sabia expresar muy bien lo que sentía siendo una adolescente de 13 años que a veces se siente incomprendida, además el simple hecho de que todos esos hechos hayan ocurrido en la realidad lo hace aún más interesante.
Desgraciadamente, a pesar de haber estado escondidos durante 2 años, los Frank y la familia VanPells (Van Dan prefirió nombrarlos Ana en su diario) fueron delatados y fueron deportados a campos de concentración en Auschwitz. Tanto los Frank como los Van Pells murieron de diferentes maneras: enfermedades que adquirieron por el inhumano estado en el que se encontraban (la falta de higiene, agua y alimentos) , fusilamientos, quemados en las cámaras de gas, salvo Otto Frank, el padre de Ana, quién sobrevivió y a quien le fue concedido el diario de su hija cuando regresó a Amsterdam a la empresa en la que solía trabajar.
El diario fue rescatado de las posesiones que quedaron en el escondite, por Miep, quien fue cómplice de la familia por esos dos años y los ayudó en todo lo que pudo. Otto, que sabía que era el sueño de Ana el publicar ese diario, no dudo en encargarse de que el mismo pudiese llegar a las librerías y aún hoy, mas de medio siglo después, siga teniendo tanta repercusión y sea el segundo libro más vendido en el mundo después de la Biblia.

Ana Frank murió en 1945... pero su diario jamás morirá.

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11.

A veces la realidad se torna aburrida, rutinaria... depende de vos cambiar esa realidad.

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12.

"ME SIENTO EN STAND BY "
Algunas vez te preguntaste si existen formulas para crear nuevos momentos?
 para crear esos momentos que uno en su cabeza espera a que sucedan? es más quizas,
a veces ni tengamos momentos especificos recreados en nuestra mente, pero sentimos la necesidad de que nos pase algo diferente, de ver un cambio en ciertos aspectos, Ya que la rutina, tarde o temprano, al fin y al cabo, se torna aburrida.
Lo más dificil es determinar ¿Que se necesita para el cambio, ese cambio que quizas nos haría ver la vida diaria desde otra perspectiva y no siempre igual, sin mucho que esperar, sin sorpresas. Ahora bien, si te sentiste identificado con algo de lo que acabo de decir, quizas te hayas preguntado alguna vez que es precisamente eso que se necesita para lograr un cambio, por pequeño que sea en tu vida personal. A veces llegaste a la raiz del problema y te diste cuenta que muchas alternativas no tenías, que simplemente tu vida se iba a limitar a lo que ahora te da y que no lograrías mucho más de lo que ya has logrado. Desde donde me encuentro, siendo una simple persona frente a una computadora que ha pasado tambien por esto con lo que tal vez te sientas identificado, te puedo decir que esta muy mal imponerse limites. Muchos cometemos el error de ponernos limites en la cabeza. Sé que es dificil el arriesgarse y el llevar a cabo estos intentos de superar esos limites que a veces no necesitamos que nadie nos los construya... sino que nosotros mismos somos los que los creamos.

Si alguna vez pensaste que hay cosas imposibles, debo decirte que si, puede que las haya, pero depende de
los ojos con los que miremos  a esas respectivas cosas. Si siempre creemos que lo que no obtenemos
facilmente es imposible, ¿ con que sentido tomariamos a la vida? ¿a la esperanza de que siempre pueden llegar cosas buenas y mejores?
En este texto no me voy a referir a las personas que atraviesan crisis emocionales o amorosas o del tipo que sean, sino mas biena esos que se sienten en STAND BY, que se sienten como programados, que gozan de cosas buenas, pero su vida es un tanto rutinaria y desean un cambio en ella. Desearian quizas lograr sus objetivos. Los que consideran que pueden llevarlos a la felicidad, al menos momentáneamente.
 Personas como estas, son concientes de que no siempre las cosas pueden salir bien y
que quizas vengan problemas en un futuro, problemas de los que ahora, afortunadamente, no tienen que preocuparse, por eso podria decirse que lo que estas personas buscan es más ACCIÓN en sus vidas: buenos y tristes momentos, de los que puedan discernir
entre lo bueno y lo malo, de los que sepan ver el vaso medio lleno y puedan aprender de los errores cometidos y experiencias vividas.
Pues bien ¿Es eso lo que queremos? Primero que nada, hay que empezar dando el primer paso, el básico, el esencial... desearlo, desearlo de tal forma que el universo conspire a nuestro favor, y asi las oportunidades de lograrlo se nos irán presentando...

Nadie dijo que era fácil, pero si se dijo que era esencial desearlo de verdad y que se necesita un ingrediente que nos ayudará a ver que nada es imposible: la esperanza de que algun dia se pueda lograr.

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